La bruma facial hidrata profundamente, calma y descongestiona la piel, ayudando a reducir la inflamación y el enrojecimiento, además de aliviar la sensación de tirantez. Es ideal para proteger la piel de agresiones externas, como el sudor durante el ejercicio, así como la exposición al sol, frío, viento, calor y contaminantes ambientales. El agua de rosas equilibra el sebo y cuenta con propiedades antibacterianas, mientras que el aloe vera regenera, limpia y aporta un efecto antiinflamatorio. Por su parte, el ácido hialurónico proporciona una hidratación intensa. Manteniendo la piel suave, fresca y protegida a lo largo del día. Puedes aplicarla siempre que tu piel lo necesite. Su uso por la mañana, después de la limpieza, cierra los poros y prepara la piel para recibir mejor los productos de cuidado, como serums y cremas.